Esta curva desempeñó un papel importante
en el desarrollo histórico de la mecánica. Fue Galileo quien
la denominó cicloide y propuso su arco para su uso en arquitectura
como modelo para los arcos de un puente, la cicloide es el arco de
mayor resistencia estructural. Roberval y Fermat también
se ocuparon de ella y Pascal le dedicó
en 1658 un notable ensayo. Ese mismo año Wren rectificó la curva.
Huygens descubrió una curiosa propiedad acerca de esta curva:
Sobre un arco de cicloide invertida, un objeto (una canica,..) abandonado
a su propio peso, en ausencia de rozamiento, se deslizará
desde cualquier
punto al punto más bajo exactamente en el mismo tiempo independientemente
del punto de partida.
Fue
también Huygens, en 1673, quien descubrió
su evoluta: otra cicloide igual a la dada obtenida por traslación
a partir de ella.
En esta figura vemos la cicloide (línea roja) y su evoluta (línea
azul).
La cicloide suscitó gran interés
y diversas polémicas entre los científicos del siglo XVII. Su belleza
y sus propiedades hicieron que esta curva fuese llamada la Helena
de la geometría.
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